Es un hecho que las nuevas tecnologías están
dentro de las aulas y que son un apoyo fundamental en el proceso de aprendizaje,
el uso que se haga de ellas es lo que determinará sí se convierten en un
complemento positivo o negativo. Todos los cambios o nuevas incorporaciones
traen consigo pros y contras, en este caso se mencionarán varios.
Se puede estar a favor de la introducción de
las nuevas tecnologías en el aula porque harán que aumente tanto la motivación
como la participación de los alumnos y alumnas. En los primeros estadios de la
adquisición de una lengua nueva se avanza más rápido, lo que generará
motivación en el aprendiente para continuar con el proceso. Además, hacerlo a
través de un dispositivo que conocen, que saben manejar y que relacionan con el
ocio, hará que se sientan más cómodos. Poder acceder al contenido desde
cualquier parte y en cualquier momento fomentará un aprendizaje más autónomo,
que podrá continuar, sin un límite de tiempo, fuera del aula.
En la postura opuesta están las ideas en
contra a esta nueva forma de aprender, desde mi punto de vista son menos pero
también se deben tener en cuenta. La figura del docente como guía del proceso
de aprendizaje es fundamental, pero si para este proceso se elige un medio o
plataforma virtual, esta función del docente se pierde. Tampoco se recibiría
ningún tipo de feedback personalizado a nuestro perfil o a nuestro proceso de
aprendizaje, lo que haría más difícil avanzar.
En mi opinión no me posiciono totalmente en
ninguno de los dos bandos, sino que creo que se debe contemplar las dos
opciones –aprendizaje tradicional y aprendizaje moderno- e intentar que encajen
de forma equitativa. ¿Y tú, dónde te posicionas?
Buen punto, Paula. En mi opinión, en el punto medio está la clave ;)
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